El Murmullo de los Arboles
Una novela sobre los paisajes que marcan nuestra vida para siempre.
Leon siempre ha cuidado de la gente que tenía a su alrededor y de los árboles de su parque. Ahora, lejos de su isla de Bruny natal, al sur de Tasmania, el joven deberá encontrar su lugar en el mundo, hacer amigos y descubrir su objetivo en la vida. Su nueva vida entre hombres duros que se dedican a la tala de árboles no será fácil. Leon crea nuevos lazos de amistad con Max, un niño acosado por sus compañeros de colegio, y Miki, una chica que anhela ser libre y escapar del yugo de su hermano, que la condena a vivir recluida y sin poder moverse con libertad. Cuando los intereses de su nueva comunidad choquen con la conservación de un eucalipto milenario, Leon deberá decidir qué significa ser un buen hombre.
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La Isla de la Memoria
Una mujer al final de su vida. Un hombre incapaz de retomar la suya.
Mary, la mujer del farero de la Isla de Bruny durante cuarenta años, solo quiere pasar sus últimos días en paz, lejos de un hospital. Pero la llegada de una inesperada carta trastocará todos sus planes. Con ella volverán los fantasmas del pasado, que llevarán a Mary a instalarse de nuevo en su adorada y salvaje isla. Allí, recordará y recorrerá los escenarios de su juventud, y deberá hacer frente a los secretos que tan bien había sabido ocultar. Ahora, sin nada que perder, ha llegado el momento de saldar cuentas con el pasado y dejar que la verdad salga a la luz.
Una historia de secretos y de palabras nunca pronunciadas.
Una carta de Karen a lectores espanoles
A mis lectores españoles,
me complace presentaros mi nuevo libro La Isla de la Memoria, una historia ambientada en las tierras vírgenes de la Antártica y en la Isla de Bruny, un paraje situado a poca distancia de Tasmania, en el sureste asiático.
Visité por primera vez esta isla hace muchos años, durante el viaje que realicé con un grupo de biólogos especializados en la conservación de la fauna silvestre. Dispusimos tan solo de diez minutos para ver Cloudy Bay, la inmensa playa de color gris que se extiende por la parte septentrional de la isla. Mientras esperaba sobre aquella arena mojada, envuelta en una luz nacarada, y miraba en dirección a la Antártida a través del gran Océano del Sur, no me cupo la menor duda de que volvería a ese lugar.
Lo conseguí algunos años después, esta vez con mi recién formada familia. Nos alojamos en una granja cerca de Cloudy Bay que luego me serviría de inspiración para la granja de Jack de La isla de la memoria. Atravesamos la carretera llena de baches y socavones que conducía a Cabo Bruny y nos quedamos al pie del faro, contemplando la superficie plateada del mar desde los abruptos acantilados. Lo agreste de aquel paraje pareció remover algo dentro de mí: la luz desbordante, las embestidas del mar contra los acantilados, las marcas del oleaje que arremetía desde el sur… Fue entonces cuando me vino a la cabeza la historia que necesitaba contar: una historia sobre una anciana que amaba aquella isla y había vivido en el faro, educando a sus hijos y ayudando a su marido, mientras el viento iba corroyendo lentamente su alma; una historia acerca de la soledad y los efectos que ésta produce en la vida y las relaciones de la gente, y un relato en el que se viese cómo puede destruirte el lugar que amas, pero también cómo puede salvarte.
La Isla de la Memoria pronto se convirtió en la historia de Mary, una mujer que vuelve la vista atrás y contempla su vida desde la perspectiva que le otorgan los años. La novela trata de la fuerza que le confiere el paisaje; de las decisiones que tiene que tomar en diferentes momentos de su vida para ser libre, y del secreto que guarda con sus recuerdos. Es también la historia de Tom, el hijo menor de Mary, a quien le apasiona tanto la naturaleza salvaje que decide irse a la Antártica para vivir entre los pingüinos y las aves marinas. Ese viaje, sin embargo, tuvo para él un alto coste y ahora intenta recuperar su vida.
La Isla de la Memoria es un relato sobre los secretos y sobre lo que hay que hacer para llevar una vida satisfactoria. Es una historia sobre la amistad, la familia y el poder de la memoria. Pero, sobre todo, es un canto al paisaje, a la luz, a la naturaleza salvaje, al lugar que los hombres deben ocupar en ese orden natural y a la manera en que las tierras vírgenes pueden conmovernos y transformarnos.
Esa historia es para vosotros.
Con mis mejores deseos,
Karen Viggers